Prov 17.22
Llegó el gran día, el paseo se había preparado con mucha anticipación, todos llegaron a tiempo con los implementos necesarios y a la expectativa de tener un día espectacular.
Todos con lentes oscuros, gorras y sandalias miraban sus relojes mientras las toallas y las sombrillas estaban acomodadas en la puerta, listas para ser subidas al bus.
Se vio un bus colorido dar vuelta a la esquina, unos gritos de alegría se escucharon entre los chicos que aguardaban con impaciencia, todos cogieron sus cosas y se pusieron en fila, listos para abordar el bus.
El cielo se oscureció de un momento a otro, un estruendo se sintió estremeciendo el lugar acompañado de una lluvia torrencial, todos corrieron a refugiarse como podían, gritando y corriendo de un lado para el otro.
Al entrar a la iglesia todos estaban mojados, la lluvia había cambiado los planes.
El grupo estaba claramente dividió en dos, algunos reían recordando el alboroto mientras se secaban y otros estaba enojados sentados en una esquina sin decir nada.
Aquellos que seguían con el ánimo del principio hicieron una ronda y siguieron divirtiéndose, mientras los demás se fueron a continuar con su enojo durante todo el día
¿Cuántas veces perdiste el día o te peleaste con todos a tu alrededor por una circunstancia que no era de tu gusto o por un cambio de planes?
A menudo uno culpa a las circunstancias cuando se enoja o se pone triste, imaginamos que nuestro enojo es como un cuarto al que ingresas sin tu consentimiento y del cual es imposible salir.
El texto de hoy nos da un panorama diferente acerca de nuestras emociones.
Las situaciones no son determinantes sino tu forma de afrontarlas, un corazón alegre será un remedio para los días difíciles. Todo se ve diferente desde un corazón lleno de esperanza, aun las noches más oscuras pueden iluminarse si decides mantener tu corazón en paz.
Al contrario el enojo y la tristeza agravan las situaciones, hacen los problemas más grandes, te aíslan de los demás y te hacen sentir solo frente a las situaciones difíciles.
Enojarse es una opción, Dios quiere animarte hoy a que asumas las situaciones difíciles de una forma distinta, recuerda, el corazón alegre es un buen remedio para los momentos difíciles.