martes, 1 de octubre de 2013

Escogiendo lo Mejor

Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, 42 pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.
Lucas 10:41-42

Marta es una de las pocas personas que junto a su familia, María y Lázaro, son presentadas en la biblia como amigos íntimos de Jesús, siempre que Jesús estaba cerca de su casa los visitaba y aprovechaba el descansar con ellos.

Marta vio al Maestro llegar a su casa y se dispuso a servirle lo mejor posible, imagino que quería la mesa con el mejor mantel, las mejores frutas, el mejor vino.
No solo tenía que prepararlo todo sino que había que comprar lo necesario y organizar el día para que Jesús pueda disfrutar aquellas cosas que no podía tener normalmente por lo agitado de su ministerio.

Marta inicio el ajetreo muy emocionada por la presencia de Jesús en su casa pero  luego de unas horas iba y venía de un lado a otro algo estresada por todo lo que había que hacerse, cuando de pronto alzó la mirada y se percató que su hermana menor estaba recostada en la mesa junto a Jesús. En un segundo algunas preguntas pasaron por su mente

¿Qué hace ahí tirada mientras nosotros trabajamos? ¿Cómo puede estar ahí descansando si hay tanto que hacer para Jesús?

Totalmente desencajada se acercó a Jesús y le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!
Jesús la vio y sonriendo le dijo: Marta, Marta, estás inquieta y preocupada por muchas cosas,  pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.

Creo que hoy Dios quiere decirte con esta historia que no está mal hacer muchas cosas en la iglesia o en su nombre, no está mal servirle, no está mal que trabajes con pasión o que estudies con esmero, pero más que todo lo que puedas hacer por él o para él, Dios espera y desea profundamente que lo escuches.


Él está más interesado en ti que en lo que puedes hacer. Las cosas que haces y te preocupan en algún momento desaparecerán, todas las reuniones, todos los eventos, todo desaparecerá, se ira… pero lo que Dios tiene preparado para ti cuando estés a sus pies será eterno, nadie podrá arrebatarte lo que ganes la próxima vez que tengas intimidad con Dios. 

No permitas que los afanes de la vida te consuman, no permitas que nada ni nadie te aleje de ese tiempo íntimo con Dios que debes pasar a diario junto a sus pies.

No hay comentarios:

Publicar un comentario