martes, 15 de abril de 2014

Sobre Su Regazo

12 Porque así dice el Señor:
«Hacia ella extenderé la paz como un torrente,
y la riqueza de las naciones como río desbordado.
Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
mecidos en sus rodillas.
13 Como madre que consuela a su hijo,
así yo los consolaré a ustedes;
en Jerusalén serán consolados.»

Is 66.12-13

El llanto del recién nacido rompió el silencio de la habitación, sus padres se miraron a los ojos y se apresuraron a atenderlo, un extraño nudo se hizo en su pecho al oir el llanto de su hijo, un dolor nunca antes experimentado hacia que su cuerpo se estremeciera al ver como el Bebe sacudía sus labios tomando aire para volver a gritar.

El nuevo papá intentando dominar sus nervios cogió al Bebe en sus brazos, percatándose de la fragilidad del cuerpo de su hijo titubeó por unos segundos, lo levanto en sus brazos lo acercó a su madre que lo esperaba dispuesta a saciar su hambre y a brindarle un regazo adecuado para sentirse seguro.

Ella lo consoló con su voz, con sus manos, con su calor, su sola presencia conforto al bebe y se alimentó hasta quedar satisfecho

Dios promete protegernos de la misma manera, como un padre sosteniendo a su hijo en sus brazos y con la misma ternura como una madre amamanta a su hijo.

El niño debe ser cogido con firmeza para que no se caiga y con la delicadeza suficiente para no dañar su fragilidad, Dios tiene el mismo cuidado contigo, será firme al corregirte, constante para hacer que no te desvíes de sus caminos, permitirá que tengas pruebas y dificultades pero en medio de estas cosas el siempre protegerá tu fragilidad.

Hoy Dios quiere recordarte que estas sobre su regazo, protegido por sus brazos, el no permitirá que pases hambre y siempre te brindará su consuelo.


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