lunes, 14 de diciembre de 2015

HISTORIAS DE NAVIDAD "De Viaje"

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 

Mateo 2:11

El cielo estaba más despejado que nunca esa noche, las constelaciones brillaban con todo su esplendor, parecían tan cercanas, tan cercanas que daba la impresión que podían ser tocadas.

Los reyes habían emprendido su viaje hace muchos años, un viaje que estaba por llegar a su fin, habían perseguido una promesa, un sueño. 

Ver al hijo de Dios, al rey de reyes con sus propios ojos,  en el momento exacto de su nacimiento.

El primero de ellos cruzo la puerta, casi no podía contener la emoción. Cada esfuerzo en el viaje cobraba sentido al ver al rey acurrucado en un pesebre.

Es tan frágil, dijo en voz baja mientras se inclinaba a adorarle… sus compañero junto a él también de rodillas exhalaban un suspiro que agradecía en silencio el maravilloso momento de ver al salvador con sus ojos.

Tres regalos fueron puestos en manos de sus padres, tres regalos dignos de un rey, tres regalos que significaban quizá lo mejor de sus posesiones, quizá todo lo que poseían y que habían traído desde lejos.

En la vida todos emprendemos viajes, viajes impulsados por un sueño, una ambición o por un amor.
Pero nuestros viajes no siempre nos llevan al rey, muchos de nosotros perseguimos otras cosas, éxito académico, más ganancias, éxito en el trabajo, ministerios más grandes…

Y a menudo nos damos cuenta que nuestro viaje nunca llega a tener un final feliz que nos llene totalmente, llegamos a un lugar pero enseguida nuestros corazones se sienten insatisfechos anhelando algo que aún está lejos.

Quizá eres un viajero de la vida, que no sabe a dónde va, o que ha caminado tanto y aun no siente que ha llegado a donde quería, quizá estás cansado de viajar persiguiendo cosas que te han alejado de aquello que realmente es importante.

Jesús quiere ser el fin de tu viaje, Él quiere en esta navidad que lo busques de nuevo, no importa cuán lejos estés, él quiere verte y está a la espera de que traigas lo mejor de ti, aún más, todo lo que eres y te postres ante él y lo adores.



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