Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.
Proverbios: 14:12
El ratón asomo su cabeza por un pequeño agujero
en la pared de la cocina, mientras salía, su pequeña nariz se sacudía velozmente
abanicando sus largos bigotes. Una y otra vez levantaba la nariz al aire para
identificar de donde venía el olor que lo había cautivado hasta sacarlo de su
escondite.
Avanzó poco a poco hasta llegar a un pedacito de
queso en medio de la sala, termino de comérselo rápidamente y se percató que
había otros trozos más en fila. El ratón fue comiendo uno a uno cada trocito de
queso, disfrutando su fortuna.
Casi se podía distinguir su felicidad mientras comía
y avanzaba al siguiente trocito, al final del camino un trozo aún más grande lo
esperaba sobre una tablilla inusual, pero sin ni siquiera dudarlo se abalanzo
sobre el gran trozo de queso que marcaba el final del camino.
Un
crujido se escuchó en la sala seguido de un chillido leve, el camino
aparentemente satisfactorio termino con la vida del pequeño ratón.
Jesús nos enseñó que entrar por la puerta
estrecha y caminar por el camino angosto son las formas de caminar en sus
caminos, de ganar la salvación.
Caminar por el camino angosto es Ir contra
corriente, no seguir al montón, avanzar cuando todos se detienen, es un camino
de pocos pero de valientes. No es un camino para aquellos que solo piensan en
satisfacerse momentáneamente es para aquellos que piensan en la eternidad.
Solo una pregunta debe ser respondida por ti
hoy, ¿hacia dónde te guía tu camino?
No seas como el ratón que deja que sus sentidos
lo confundan y por darse satisfacciones momentáneas termina cayendo en una
trampa mortal de la cual no hay vuelta atrás.
Hoy es un buen día para que
decidas seguir el camino que lleva a la vida eterna, caminando día a día tras
las huellas de Jesús.