Entonces consultó David a
Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y
Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en
tu mano.
2 Samuel 5.19-20
David luego de algunos años
había por fin recibido su título como rey de Israel, la promesa que Dios le
había dado cuando era solo un jovencito se estaba haciendo realidad.
Mientras en Israel se
festejaba al nuevo rey, la noticia se esparcía por todo el oriente llegando a
oídos de sus enemigos, los filisteos, un grupo de reyes que siempre esperaban
atentos el momento adecuado para conquistar a los israelitas.
Las tropas se juntaron y
marcharon hacia Israel con sed de venganza y ansiosos por saquear sus riquezas.
David tenía que tomar una decisión
crucial para su reinado, su primera decisión dirigiendo al pueblo como rey podría
haber sido la última.
Las decisiones en la guerra son de vida o muerte, puedes salvar muchas
vidas o ver como la sangre de los que amas se derrama.
Las decisiones que tomamos en nuestras vidas son igual de importantes, algunas nos preocupan más que otras, pero en
realidad cada decisión que tomamos va dirigiendo nuestros pasos o vencer la
guerra o a perderla. Tu vida se pone en juego cada vez que tomas una decisión.
¿Qué alimentos comer? ¿Qué carrera seguir? ¿A quién darle tu amor? ¿A quién
decirle que si? ¿a Quién esperar? ¿Qué estudiar? ¿Qué dejar ir? ¿Qué creer? ¿Dónde
trabajar?
David tenía la vida de muchas personas en sus manos, muchos hombres caminarían
a su lado y cargarían las consecuencias de sus buenas o malas decisiones.
David termino de escuchar la
noticia y les pidió a todos que lo dejaran solo, no era tiempo de escuchar a
los hombres, era tiempo de consultarle al único capaz de darle una respuesta
adecuada, dio unos pasos y se puso de rodillas y dijo:
Jehová, ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová
respondió a David: Ve…
Dios no siempre le dijo a
David que avanzara, algunas veces le dijo que era mejor esperar, lo importante
en este relato no es si Dios te dará o no la victoria de una batalla, es saber
que quiere Dios que hagas.
No tomes decisiones sin
consultarle, no avances si él no te lo ha
confirmado, no te ahogues en recomendaciones humanas, solo hay una voz
importante, solo unos ojos que buscar, solo una persona a quien agradar DIOS.
Arrodíllate por un momento y
deja que él decida.
¿Qué decisiones tomaras hoy?
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