Dijo también el Señor: Simón,
Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Pero
yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus
hermanos.
Lucas 22:32
La tarde se tornó oscura y el viento guardo silencio por muchos minutos.
Simón Pedro estaba oculto entre la multitud con el corazón paralizado
viendo como aquel hombre que le había dado esperanza luchaba para continuar con
vida, Pedro cobrando valor miró hacia la cruz vio cuando Jesús exhaló su último
aliento y dejo caer su rostro.
El miedo en su interior se unió al sufrimiento de su alma mientras
recordaba cómo le había prometido a su maestro que moriría a su lado, promesa
que no había podido cumplir.
Un gran desastre se avecinaba para él y todos los que habían caminado
junto a Jesús, una persecución se iniciaría, la vergüenza de una aparente
derrota, la burla el desconcierto.
Pedro sabía
lo que era estar en problemas, sabía lo que era ser zarandeado, sacudido hasta
quedar sin piso ni esperanza.
Lo mejor de toda esta historia es que Jesús sabía
que Pedro pasaría por esta tormenta en su vida, como sabe que a ti también te
tocara vivir situaciones difíciles.
Él sabía que todo este desconcierto seria
parte de su aprendizaje, sabía también que Pedro tendría conflictos de fe.
A menudo cuando pasamos
situaciones difíciles, muchas dudas se crean en nuestro interior
¿Dios me estará escuchando? ¿Existirá
Dios en verdad? ¿Si Dios es bueno porque permite que me pasen estas cosas?
La oración de Jesús a favor de
Pedro no fue que el problema pasara lo más rápido posible, tampoco oró para que
se solucione, no oró para que no exista el problema Jesús le dijo a Pedro:
“Pero yo he
rogado por ti, que tu fe no falte”
Si hoy estas en medio de una situación
difícil Dios quiere que te esfuerces en una sola cosa en “que tu fe no falte” pídele
a él que esas dudas y preguntas que nacen en tu cabeza por la situación, no mengüen
tu fe.
Mantén tu fe intacta, cree en
las cosas que Dios te ha prometido, aunque no exista razones para tener
esperanza pídele a Dios que te ayude a tener Esperanza en él.
Las tormentas duran lo que
deben durar, la idea no es que no hayan tormentas sino seguir de pie cuando la
tormenta haya terminado.
No pierdas la fe, no flaquees,
tu victoria es segura.
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