lunes, 17 de febrero de 2014

Zarandeo

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22:32
La tarde se tornó oscura y el viento guardo silencio por muchos minutos.

Simón Pedro estaba oculto entre la multitud con el corazón paralizado viendo como aquel hombre que le había dado esperanza luchaba para continuar con vida, Pedro cobrando valor miró hacia la cruz vio cuando Jesús exhaló su último aliento y dejo caer su rostro.

El miedo en su interior se unió al sufrimiento de su alma mientras recordaba cómo le había prometido a su maestro que moriría a su lado, promesa que no había podido cumplir.

Un gran desastre se avecinaba para él y todos los que habían caminado junto a Jesús, una persecución se iniciaría, la vergüenza de una aparente derrota, la burla el desconcierto.

Pedro sabía lo que era estar en problemas, sabía lo que era ser zarandeado, sacudido hasta quedar sin piso ni esperanza.

 Lo mejor de toda esta historia es que Jesús sabía que Pedro pasaría por esta tormenta en su vida, como sabe que a ti también te tocara vivir situaciones difíciles.

 Él sabía que todo este desconcierto seria parte de su aprendizaje, sabía también que Pedro tendría conflictos de fe.

A menudo cuando pasamos situaciones difíciles, muchas dudas se crean en nuestro interior

¿Dios me estará escuchando? ¿Existirá Dios en verdad? ¿Si Dios es bueno porque permite que me pasen estas cosas?

La oración de Jesús a favor de Pedro no fue que el problema pasara lo más rápido posible, tampoco oró para que se solucione, no oró para que no exista el problema Jesús le dijo a Pedro:
“Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte”

Si hoy estas en medio de una situación difícil Dios quiere que te esfuerces en una sola cosa en “que tu fe no falte” pídele a él que esas dudas y preguntas que nacen en tu cabeza por la situación, no mengüen tu fe.

Mantén tu fe intacta, cree en las cosas que Dios te ha prometido, aunque no exista razones para tener esperanza pídele a Dios que te ayude a tener Esperanza en él.

Las tormentas duran lo que deben durar, la idea no es que no hayan tormentas sino seguir de pie cuando la tormenta haya terminado.


No pierdas la fe, no flaquees, tu victoria es segura.

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