Y salió al encuentro de Asa, y
le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si
vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas
si le dejareis, él también os dejará
2 Crónicas 15.2
Él la miro a los ojos fijamente y al ver su reflejo en los ojos de ella,
supo que había encontrado su mitad, todo alrededor guardo silencio, por un
momento solo existían los dos, unidos en una mirada más profunda que un beso,
más elocuente que muchas palabras.
Él tomo fuerte su mano, ella suspiró, el atardecer se hizo cómplice del
momento y enrojeció el cielo mientras él se arrodillaba titubeante sin perder
su mirada.
Un anillo reluciente destelló con los últimos rayos de Luz que el sol
dejaba escapar mientras se ocultaba y acompañado por el viento su voz se hizo
escuchar diciendo:
-
¿quieres casarte conmigo?
Alguien enamorado no te fuerza a amarlo, te corteja pero no te obliga,
te seduce pero no decide por ti, solo se conquista el corazón que decide ser
conquistado.
Cuando le dije a mi esposa si quería o no casarse conmigo, ella tenía la
plena libertad de decirme que no, y en el amor que le tenía si hubiese sido así,
habría sido feliz al dejarla ir, sabiendo que fue ella la que lo decidió.
¿Porque? Porque el amor se basa en el respeto, se basa en la entrega
mutua, solo aquel que es capaz de abrir los brazos cuando tú abres los tuyos, y
de buscarte apasionadamente cuando no estas, merece permanecer a tu lado.
Dios actúa de forma parecida con nosotros, nos conquista de muchas
maneras, nos muestra su amor a diario con detalles que solo nacen de un corazón
enamorado.
Nos perdona, nos espera, nos atrae, pero en determinado momento nace una
pregunta crucial, ¿estas decidido a estar conmigo para siempre?
Solo aquellos que decimos que sí,
podremos continuar con nuestras historias de amor a su lado, buscándolo continuamente,
aferrándonos a su amor, y ten por seguro que él nunca te dejará, quizá tengas
momentos difíciles en tu historia con él pero los que hemos respondido que si siempre
volvemos a nuestro primer amor, quizá hoy Dios te esté recordando que ya es
tiempo de regresar.
Pero si tú decides decir que no, ten por seguro que Dios no le ruega
nadie, tampoco te obligara a que los busques, como dice el Texto de hoy, si te
alejas él dejara que te alejes.