miércoles, 30 de abril de 2014

Celo Celestial

Tengan, pues, cuidado de no olvidar el pacto que el Señor su Dios ha hecho con ustedes. No se fabriquen ídolos de ninguna figura que el Señor su Dios les haya prohibido, 24 porque el Señor su Dios es fuego consumidor y Dios celoso.

Deuteronomio 4:23-24

Una mirada escurridiza se coló por el hombro de Jorge hasta alcanzar ver su celular, en la pantalla, el Facebook dejaba ver muchas publicaciones diferentes, pero una llamó la atención de aquellos ojos inquietos que intentaban ver algo fuera de lo normal.

La foto de una mujer sonriendo se veía en medio de la pantalla con el anuncio de que Jorge había aceptado a una nueva amiga.

Claudia miró fijamente a Jorge con los ojos muy abiertos y le mando su primer ataque
“¿Quién es esa chica?”  dijo con una sonrisa entre cortada y conteniendo su enojo.

Jorge sin ni siquiera verla dijo: “ Una amiga” y continuo viendo su celular. Jorge! Dijo ella, “yo no conozco a esa amiguita tuya, explícame quien es y mírame a la cara”

Jorge algo asustado la miro y se percató de  sus cachetes rojos y su ceño fruncido, sabiendo que estaba celosa le dio más explicaciones hasta dejarla satisfecha.

Todo aquel que ama siente celos, no hablo del celo que conlleva a la desconfianza o a la intranquilidad, sino de aquel celo que nace en el corazón de aquel que atesora a alguien con amor sincero, el celo de protección, de pertenencia.

El texto de hoy nos dice que Dios es celoso, ciertamente el siente un celo celestial por ti.
Siente celos porque tú le perteneces y desea que tu corazón palpite solo por él, él quiere ser tu centro, tu mayor tesoro, el dueño de tus más hondos suspiros, el único destino de tus oraciones, el único dueño de tu adoración, veneración y devoción.

Tienes un amado apasionado que siente un celo celestial por ti, en respuesta a este gran amor hoy toma un tiempo para evaluar a quien le has estado dando más amor que a tu Dios, pregúntate si es Cristo el centro de tu vida o si has estado atesorado a otras personas, o a ídolos antes que a él, quizá el trabajo, quizá tu familia, quizá un ser amado.

¿Son para el tus anhelos? ¿es él lo más importante en tu vida?

Dios espera que nuestra generación lo ame con locura, que respondamos a su celo celestial con un amor que arda por estar a su lado.



martes, 15 de abril de 2014

Sobre Su Regazo

12 Porque así dice el Señor:
«Hacia ella extenderé la paz como un torrente,
y la riqueza de las naciones como río desbordado.
Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
mecidos en sus rodillas.
13 Como madre que consuela a su hijo,
así yo los consolaré a ustedes;
en Jerusalén serán consolados.»

Is 66.12-13

El llanto del recién nacido rompió el silencio de la habitación, sus padres se miraron a los ojos y se apresuraron a atenderlo, un extraño nudo se hizo en su pecho al oir el llanto de su hijo, un dolor nunca antes experimentado hacia que su cuerpo se estremeciera al ver como el Bebe sacudía sus labios tomando aire para volver a gritar.

El nuevo papá intentando dominar sus nervios cogió al Bebe en sus brazos, percatándose de la fragilidad del cuerpo de su hijo titubeó por unos segundos, lo levanto en sus brazos lo acercó a su madre que lo esperaba dispuesta a saciar su hambre y a brindarle un regazo adecuado para sentirse seguro.

Ella lo consoló con su voz, con sus manos, con su calor, su sola presencia conforto al bebe y se alimentó hasta quedar satisfecho

Dios promete protegernos de la misma manera, como un padre sosteniendo a su hijo en sus brazos y con la misma ternura como una madre amamanta a su hijo.

El niño debe ser cogido con firmeza para que no se caiga y con la delicadeza suficiente para no dañar su fragilidad, Dios tiene el mismo cuidado contigo, será firme al corregirte, constante para hacer que no te desvíes de sus caminos, permitirá que tengas pruebas y dificultades pero en medio de estas cosas el siempre protegerá tu fragilidad.

Hoy Dios quiere recordarte que estas sobre su regazo, protegido por sus brazos, el no permitirá que pases hambre y siempre te brindará su consuelo.


jueves, 10 de abril de 2014

El Que Escucha Tus Susurros

Has escudriñado mi andar y mi reposo,
y todos mis caminos te son conocidos,
4     pues aún no está la palabra en mi lengua
y ya tú, Jehová, la sabes toda.
Salmos 139:3-4
Ella se despertó algo angustiada, la soledad se sentía cada día más pesada sobre sus hombros, el día anterior había estado ardiendo en fiebre pero no hubo nadie con quien llorar, nadie con quien quejarse, nadie que la cuidara durante la noche.

Al otro lado de la ciudad un joven estudiante miraba el mar mientras peleaba con sus ganas de terminar con su vida saltando del risco donde estaba, la noche anterior su enamorada le había confesado que le había sido infiel durante los últimos dos años.

En el centro de la ciudad un hombre sentado en su azotea derramaba una lágrima en silencio por aquella persona que amó tanto y que ya no estaba, “Cuánto daría por volver a verte”, se decía en silencio, mirando al cielo con la esperanza de que aquella persona lo escuche.

Una pena profunda, una  fuerte decepción, la necesidad de compañía, ¿Cuál es tu dolor escondido? ¿Cuál es tu miedo más grande?

Hay alguien tan interesado en ti que te vigila a diario, alguien que estuvo y está contigo en cada etapa de tu vida, ese día que recuerdas con tanto dolor Él estuvo a tu lado, esa oración que dijiste en voz baja Él la escuchó.

Dios conoce tus secretos más escondidos, tus sueños más personales, tus miedos más intensos y quiere que encuentres descanso en Él y que dejes todas estas cosas en sus manos.

No estás solo, puedes descansar en alguien que domina las cosas que tú no puedes dominar y que escucha tus oraciones antes que las palabras salgan de tu boca.

Hoy déjate satisfacer por ese Dios que está interesado en ti, te aseguro que si tomas de Él nunca más tendrás sed.


Busca al Dios que escucha tus susurros y permite que él borre tu pasado que vigile tu presente y que domine en sus manos tu futuro.

martes, 1 de abril de 2014

Corazón de Artista

Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; 3y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, 4para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce,
 Éxodo 31:1-4

El horno se encendió anunciando el inicio del trabajo de construcción del tabernáculo, Bezaleel traía en sus manos leños para alimentar el fuego  hasta llegar a la temperatura exacta para poder  refinar el oro ofrendado por el pueblo.

Luego de encender el horno Bezaleel se acercó al lugar donde el pueblo estaba dejando sus ofrendas y  tomó en sus manos una cuchara de oro dejada por una niña.


La cuchara no tenía nada especial a simple vista pero Bezaleel veía más que solo una cuchara, sus ojos de artista lo llevaban a ver más allá.

Dios había puesto en Bezaleel un talento especial, su mente dibujaba los diseños que haría con ese oro en sus manos, en su mente la cuchara tomo forma de broche, de flor, de ave.

Quizá en las manos de cualquier otro, la cuchara seria para siempre una cuchara pero estaba en las manos de un artista, un artista que había recibido ese arte de parte de Dios con un solo propósito, que un día sea parte de la historia haciendo los diseños del tabernáculo donde la presencia misma de Dios habitaría por muchos años.

Creemos en un Dios creativo, capaz de diseñar los más hermosos diseños y de inventar las cosas más peculiares, asombrosas, y alucinantes.

Todo arte nace de él, todo invento viene de sus manos, toda cosa novedosa nació antes en su corazón.

Estoy totalmente seguro que si estás leyendo este devocional es porque Dios a puesto en ti un talento especial, quizá ya sabes cuál es o quizá estas por descubrirlo pero lo importante es que lo tienes porque Dios quiere que lo honres con ese talento.

Puedes quizá cantar, tocar guitarra, tomar fotografías, editar videos, actuar, contar chistes, aconsejar, diseñar casas o ropa o logos empresariales, combinar elementos, tu talento esta en las matemáticas o en escribir, en las ciencias o en la tv,en los deportes, etc.

Sea cual sea tu talento jamás llegara a su mayor expresión si no es utilizado para honrar a Dios, el lugar de tu talento es a los pies de su creador.


Hoy tomate un tiempo para agradecerle a Dios por el talento que te ha dado y comienza a poner ese talento a su servicio.