miércoles, 26 de febrero de 2014

Felices para Siempre



1Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.

1 Reyes 11:1-2

El hombre más sabio del mundo estaba sentado en su trono contemplando la grandeza de su reino, no existía otro reino como el suyo, Dios había cumplido sus promesas y lo había situado como el rey más grande de toda la región.

Sin saberlo, un gran peligro amenazaba su reino, algo capaz de destruir todo lo que había forjado su padre y él con tanto esfuerzo.

Las puertas del salón principal se abrieron y uno de los siervos anuncio la llegada de un rey vecino, el rey de Moab, llegó con un sequito de siervos y siervas, pero en medio de todos, una mujer llamo la atención del Rey Salomón.

Lo ojos grandes y profundos de la hija del Rey de Moab lo cautivaron de inmediato, sabía que Dios había prohibido que el rey se casara con más de una mujer y sobre todo que no sea extranjeras pero su deseo fue más fuerte que su razón y su amor por Dios y no se detuvo hasta hacerla su esposa.

Ella trajo a la casa de Salomón las imágenes a las que adoraba y aunque al principio el rey mostro enojo no logro hacer que ella las abandonara, mientras el oraba a Dios ella tomaba el mismo tiempo para orarle a sus dioses.

Cierto día Salomón despertó y ella lo esperaba con manjares hechos por su propia mano, le cantó canciones y bailo para él, luego de todo esto se acercó a él y le dijo “mi amor, tú tienes un templo hermoso para tu Dios ¿no crees que es justo que también yo tenga un templo para el mío?”

Salomón accedió a su pedido, y luego accedió a ir con ella al templo de su dios,  luego accedió a orar con ella, luego a ofrecer una ofrenda, con el pasar de los años Salomón termino adorando a otro Dioses confundido por las muchas mujeres con las que se había casado.

La biblia no relata esta historia de esta forma pero creo que sucedió así, puedo estar seguro porque la misma historia pasa una y otra vez de la misma forma, los hijos de Dios se enamoran de personas que no comparten su fe y luego de algún tiempo terminan como Salomón, perdidos y confundidos.

Si el hombre más sabio del mundo fallo en creer que  podía estar con alguien que no tenía su fe, ¿tú crees que tendrás éxito si haces lo mismo?

Dios quiere que experimentes el amor de pareja de la manera más sublime que existe, él quiere para ti alguien que te respete, que te enamore todos los días que te sea fiel para siempre.

Nada de esto podrá ser posible si decides amar a alguien que no ame a Dios por encima de todas las cosas y que no crea en él ciegamente.


Tú decides como terminará tu historia, si con un felices para siempre o un triste final.

viernes, 21 de febrero de 2014

Más Valioso Que El Dinero

 Mejor es un bocado seco, y en paz,
Que casa de contiendas llena de provisiones.
Proverbios 17:1

-Me gustaría poderte comprar todo lo que quieres -  le dijo ella a su esposo mirándolo con tristeza, un puchero se formó en sus labios y las lágrimas llenaron su bellos ojos negros.

Él la tomo de la mano y la abrazó por unos segundos, sabiendo que efectivamente el dinero en sus bolsillos no era el suficiente para cubrir los gastos, mucho menos para darse algunos lujos.

Su tv no era la mejor ni la más grande, su casa era pequeña y tenía que pedir rebaja en las compras del mercado para poder cocinar.

Él la miró a los ojos esta vez y seco sus lágrimas, - Dios nos ha sustentado hasta ahora y lo seguirá haciendo – le dijo, y al verla más tranquila preguntó  ¿te sirvo algo de tomar?  - solo agua -  respondió ella.

Mientras salía del cuarto él comenzó a caminar de forma chistosa y a bailar de la forma que sabía que la haría reír, unas carcajadas rompieron el silencio de la casa y la paz y el gozo de costumbre se establecieron nuevamente en su hogar.

Y ese vaso de agua se convirtió en una de las mejores bebidas de toda su vida.

Hay cosas más valiosas que el dinero, cosas imposibles de adquirir con un buen sueldo, el dinero y las posesiones no son lo más importante ni necesario en nuestras vidas.

De qué sirve una TV gigante si jamás podrás ver una película acompañado, para que una casa grande llena de tristeza, de qué sirve un manjar en la meza si fue servido con enojo, para que tener una caja fuerte llena de dinero si no hay paz en tu corazón, de qué sirve un carro del año si no logras dormir en paz por las noches si nadie nunca te ama de verdad, si no logras vivir sin rencor.

El gozo, la paz, el amor, la fe, la esperanza, el consuelo, estas son cosas más importantes que los bienes materiales y el dinero en el bolsillo, y solo las podrás encontrar en Dios, estas cosas hacen de las cosas más sencillas las más maravillosas, hacen de una casa pequeña un castillo de cuento de hadas y de las lentejas del lunes el mejor festín.

Dios quiere decirte hoy que la felicidad no depende de cuánto dinero haya en tus bolsillos ni de lo que puedes o no comprar, el dinero no es tan importante.

Quiere que sepas que él puede llenar tu vida de tesoros más valiosos, tesoros eternos, tesoros imposibles de alcanzar sin él.



lunes, 17 de febrero de 2014

Zarandeo

Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
Lucas 22:32
La tarde se tornó oscura y el viento guardo silencio por muchos minutos.

Simón Pedro estaba oculto entre la multitud con el corazón paralizado viendo como aquel hombre que le había dado esperanza luchaba para continuar con vida, Pedro cobrando valor miró hacia la cruz vio cuando Jesús exhaló su último aliento y dejo caer su rostro.

El miedo en su interior se unió al sufrimiento de su alma mientras recordaba cómo le había prometido a su maestro que moriría a su lado, promesa que no había podido cumplir.

Un gran desastre se avecinaba para él y todos los que habían caminado junto a Jesús, una persecución se iniciaría, la vergüenza de una aparente derrota, la burla el desconcierto.

Pedro sabía lo que era estar en problemas, sabía lo que era ser zarandeado, sacudido hasta quedar sin piso ni esperanza.

 Lo mejor de toda esta historia es que Jesús sabía que Pedro pasaría por esta tormenta en su vida, como sabe que a ti también te tocara vivir situaciones difíciles.

 Él sabía que todo este desconcierto seria parte de su aprendizaje, sabía también que Pedro tendría conflictos de fe.

A menudo cuando pasamos situaciones difíciles, muchas dudas se crean en nuestro interior

¿Dios me estará escuchando? ¿Existirá Dios en verdad? ¿Si Dios es bueno porque permite que me pasen estas cosas?

La oración de Jesús a favor de Pedro no fue que el problema pasara lo más rápido posible, tampoco oró para que se solucione, no oró para que no exista el problema Jesús le dijo a Pedro:
“Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte”

Si hoy estas en medio de una situación difícil Dios quiere que te esfuerces en una sola cosa en “que tu fe no falte” pídele a él que esas dudas y preguntas que nacen en tu cabeza por la situación, no mengüen tu fe.

Mantén tu fe intacta, cree en las cosas que Dios te ha prometido, aunque no exista razones para tener esperanza pídele a Dios que te ayude a tener Esperanza en él.

Las tormentas duran lo que deben durar, la idea no es que no hayan tormentas sino seguir de pie cuando la tormenta haya terminado.


No pierdas la fe, no flaquees, tu victoria es segura.

lunes, 10 de febrero de 2014

Milagros Desapercibidos

 Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie.
Deuteronomio 29:5

Las gotas de lluvia caían haciendo tanto ruido que era necesario gritar un poco para lograr hablar dentro de la casa, las calaminas parecían intentar hacer una melodía con el tintineo de la lluvia
.
Los planes que tenía de salir a jugar con mis amigos se frustraron y tuve que quedarme en casa esperando a que pase la lluvia.

Mi mama llego a la sala con un álbum de fotos entre sus manos y se sentó a verlos,  - Ven a ver estas fotos conmigo, es un álbum que hice para ti- me dijo acomodándose al centro del sillón.

Este eres tu cuando cumpliste 4 años, dijo apuntando a una foto en la que estaba sentado en medio de campo rodeado por mucho pasto que casi me tapaba, traía puesto un overol azul y mi cara en la foto no parecía muy complacida – No te gustaba el pasto por eso tienes esa cara- me dijo ella mientras reía.

Conforme avanzaban las fotos me percate de algo raro, en la primera sección de fotos había una en la que mi mama me tomaba en sus brazos, ella traía un pantalón de Jean azul y una chompa blanca con un diseño bordado, la misma ropa la vi en las fotos de los 6 años, luego en las de 8, luego en las de once.

Levante la mirada y los jeans azules histórico estaba ahí, mi mama lo traía puestos, y la chompa seguía en su ropero, parecía que el tiempo no había pasado por esa ropa, seguían intactos como hace 8 años.

Mi mama sonrió y con la misma ternura de siempre cogió su biblia y me enseño el texto de hoy Deuteronomio 29:5.y dijo “este milagro se ha cumplido también en mi”

Cuantos milagros pasan desapercibidos en nuestras vidas porque no son estridentes ni escandalosos, a menudo esos milagros son los más hermosos y especiales.

En medio de los problemas a menudo creemos que Dios no está con nosotros porque esperamos ver algo grandioso inesperado y dejamos de ver los milagros que Dios hace a diario, en silencio, sin mucho alboroto.

Las lentejas del almuerzo, una visita inesperada, el gas que dura más días, el sol de la mañana, esa sonrisa que necesitabas ver, una llamada. No chocar en la combi, la ducha de la mañana, el jean que no se gasta, el pan del desayuno, el sueldo a fin de mes.

Dios nunca deja de trabajar y nunca deja de hacer milagros, quizá estas cruzando el desierto en estos días y al parecer Dios no está respondiendo pero te aseguro que está cuidando que no se te gasten las sandalias ni la ropa y será con eso que lograras llegar al otro lado.


Hoy tomate un tiempo para percibir y agradecer esos milagros desapercibidos que Dios hace en tu vida a diario.

viernes, 7 de febrero de 2014

Más Que Un Caballero

  Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Colosenses 3:19

Un tumulto se inició en la ciudad a plena luz del día, un grupo de fariseos arrastraban a una mujer por la calle, luego de haber irrumpido en su casa sin previo aviso la habían sacado a rastras al verla acostada con un hombre que no era su esposo.

A vista de todos, la mujer era maltratada por los fariseos y otros hombres, con múltiples insultos y empujones la llevaban a un lugar donde podrían ajusticiarla por su pecado.

Ella hacia lo posible para cubrirse mientras jaloneaban sus cabellos, sus rodillas estaban magulladas por las piedras de las calles y sus ojos evidenciaban su miedo y falta de esperanza.

Ella sabía lo que le esperaba, a vista de todos seria apedreada en la plaza central, sabía que era culpable pero el pecado no lo había cometido sola, aunque el castigo solo seria para ella.

Al llegar a la plaza la arrojaron al centro de la multitud, al caer contra el suelo cerro sus ojos y sintió como su cuerpo y su rostro caían sobre la tierra que luego sería también su lugar de muerte.

Al abrir sus ojos vio la túnica blanca de un hombre que se puso en pie entre sus jueces y ella, al parecer escribía algo en el suelo y luego de decir algunas palabras que ella no logro escuchar con claridad  vio a los fariseos soltar sus piedras y darse vuelta, la multitud se alejó murmurando y aquel hombre se acercó a ella.
Al verlo cerca supo de quien se trataba, era Jesús el Mesías, ¿Cómo alguien tan santo puedo haberme defendido? se preguntaba mientras veía que el Maestro le extendía la mano para levantarla.

El texto de hoy habla específicamente sobre el trato que los esposos deben tener con sus esposas, pero creo que este mandato se extiende más allá del matrimonio.

En el Perú tenemos un alto índice de muertes de mujeres por abuso familiar, sus asesinos son con frecuencia los esposos o parejas que se suponen dicen amarlas.

Pero este resultado es producto de su trato antes del matrimonio, hoy Dios quiere que te preguntes:
¿Cómo tratas a las mujeres?

Jesús era más que un caballero, nunca maltrató a una mujer, al contrario las protegía en medio de una sociedad que a menudo las abusaba.

El consejo de hoy es: “no sean ásperos con ellas”

Ábreles la puerta del carro, carga las cosas pesadas, cédeles tu asiento, dales la mano cuando tengan que bajar de lugares altos, protégelas cuando las veas en peligro, no les hables como si fueran varones, no las golpees, no las insultes, no les grites cosas obscenas en la calle, no las utilices como objetos sexuales, no rompas sus corazones.

Y nunca le digas a alguna de ellas que la amas si no será para siempre.


Y chicas exijan ser tratadas con respeto y amabilidad, es su derecho, y jamás se fijen en un hombre que no les dé el mismo valor y respeto que Cristo les dio cuando estuvo en la tierra, fíjense en alguien que sea más que un caballero.

lunes, 3 de febrero de 2014

Si Tú Quieres


Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 
Marcos 1:40-41

Hacía mucho tiempo que aquel hombre no sentía el abrazo de otra persona, aquellos días en los cuales sus amigos llenaban su casa y constantemente tocaban a su puerta habían quedado atrás.

La soledad era su única compañera en los últimos años, amigos hermanos, hasta sus amores lo habían abandonado al enterarse de su mal. La lepra lo había consumido en todo sentido, su carne olía cada vez peor y su rostro era casi irreconocible, pero el mayor daño se había hecho en su alma.

Como todos los días se sentó a un lado del camino esperando que algún viajero se compadeciera de él y le dejase alguna limosna, pero ese día sucedió algo diferente, a lo lejos vio a aquel que limpiaba enfermos, que perdonaba pecados y hacia grandes milagros.

Esta oportunidad no se volvería a repetir, así que corrió hasta donde Jesús estaba y puesto de rodillas le dijo:

“Si quieres puedes limpiarme”

¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a Dios en tus oraciones “si Tú quieres hazlo”?

El leproso había sufrido mucho y tenía muchas razones para exigir que se le cumpla su pedido, pero entendió a quien se dirigía, sabía que la persona que estaba delante de él era su Dios, sabía que era tan maravilloso que era imposible exigirle algo.

Dios ama los corazones que le dejan a él la última palabra, aquellos que dicen constantemente “si Tú quieres hazlo y si no quieres no”

La próxima vez que estés de rodillas delante de tu Padre Celestial déjale a él la última palabra, deja que te sorprenda, deja tu orgullo de lado y permite que Dios sea quien dirija tus pasos diciendo que si o diciendo que no.