viernes, 29 de noviembre de 2013

Final Inesperado

Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.
Proverbios: 14:12


      El ratón asomo su cabeza por un pequeño agujero en la pared de la cocina, mientras salía,  su pequeña nariz se sacudía velozmente abanicando sus largos bigotes. Una y otra vez levantaba la nariz al aire para identificar de donde venía el olor que lo había cautivado hasta sacarlo de su escondite.

    Avanzó poco a poco hasta llegar a un pedacito de queso en medio de la sala, termino de comérselo rápidamente y se percató que había otros trozos más en fila. El ratón fue comiendo uno a uno cada trocito de queso, disfrutando su fortuna.

     Casi se podía distinguir su felicidad mientras comía y avanzaba al siguiente trocito, al final del camino un trozo aún más grande lo esperaba sobre una tablilla inusual, pero sin ni siquiera dudarlo se abalanzo sobre el gran trozo de queso que marcaba el final del camino.

    Un  crujido se escuchó en la sala seguido de un chillido leve, el camino aparentemente satisfactorio termino con la vida del pequeño ratón.

    Jesús nos enseñó que entrar por la puerta estrecha y caminar por el camino angosto son las formas de caminar en sus caminos, de ganar la salvación.

   Caminar por el camino angosto es Ir contra corriente, no seguir al montón, avanzar cuando todos se detienen, es un camino de pocos pero de valientes. No es un camino para aquellos que solo piensan en satisfacerse momentáneamente es para aquellos que piensan en la eternidad.

     Solo una pregunta debe ser respondida por ti hoy, ¿hacia dónde te guía tu camino?
  
    No seas como el ratón que deja que sus sentidos lo confundan y por darse satisfacciones momentáneas termina cayendo en una trampa mortal de la cual no hay vuelta atrás.


     Hoy es un buen día para que decidas seguir el camino que lleva a la vida eterna, caminando día a día tras las huellas de Jesús.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Marcas del Papá

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
Juan 5:19


Hace unos días mí papá me dio una visita sorpresa, no lo veía hace algunos meses así que fue una grata sorpresa y un regalo de Dios para mí el tenerlo por unas horas aquí en Lima.

Pasamos una tarde buena, conversando y viendo una película en el cine, ya de noche, me propuso ir a comer algo, tengo que admitir que una cosa que realmente tenemos en común es eso “nos encanta comer”.

Cuando llegamos al restaurante me percate que había un enorme espejo en la pared, aproveché y mientras me acomodaba un poco el cabello vi que mi papá y yo caminábamos de la misma forma, con un pequeño balanceo a los lados como un par de gorilitas.

Al sentarnos adoptamos la misma posición en la silla y al disponernos ha comer seguimos casi los mismos pasos para coger los cubiertos y dar el primer bocado.

Me causo algo de risa percatarme que mi papá había dejado muchas marcas en mí que nadie borrará, aunque no estamos juntos hay ciertas cosas físicas, manías y en mi corazón que fueron grabadas por él y que no se quitar fácilmente.

Esto me llevo a pensar en que huellas tengo en mí, que mi Padre celestial haya grabado.

Jesús tenía la plena convicción, y así era, que todo lo que hacía, lo hacía porque su Padre se lo había enseñado así no José, sino Dios.

No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre


Hay padres humanos que no dejan huellas adecuadas en nosotros, hay padres humanos que ni siquiera dejan huellas, pero ¿sabes?

Tú tienes un padre celestial, totalmente bueno, totalmente perfecto que puede grabar en ti cosas extraordinarias si decides pasar más tiempo a su lado, conociéndolo en intimidad.

Que sea un reto para nosotros como hijos de Dios, el imitarlo y que cada uno de nuestros actos, nuestras palabras, nuestras miradas, nuestros anhelos, nuestros deseos y manías lo reflejen a él, a ese Padre que nunca falla.

Una oración que te recomiendo hoy seria: Padre mío, soy tu hijo, no permitas que haga las cosas por mí mismo, sino ayúdame a vivir como he aprendido de ti. Amen.


martes, 19 de noviembre de 2013

Silencios que Matan

Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
Salmos 32:3


El candelabro de la recamara del rey se encendió de madrugada, nuevamente no podía dormir, los soldados que resguardaban el palacio sabían que cada vez eran más frecuentes su desvelos.

Antes se despertaba para cantarle salmos a Dios, pero hacía meses que no se escuchaba la música de aquel arpa que cada día se veía más olvidada. Hacía meses que el rey no sonreía, el brillo de sus ojos había sido remplazado por ojeras que acompañaban su triste mirada.

La luz de la recamara se apagó, y se encendió la luz de aquel cuarto que el rey ya no visitaba.

David, el Rey,  abrió la puerta con timidez, sus ojos estaban llenos de lágrimas y un frio estrangulador viajaba por todo su cuerpo. Levantó la lámpara que traía en su mano y vio el rollo de la ley que el mismo había transcrito, junto a él, los Salmos que antes cantaba, aun se veía sobre la mesa uno a medio escribir que jamás había completado.

Su corazón no podía más con todo ese dolor, con toda esa vergüenza, con todo ese silencio de tantos meses callando aquel pecado. Dio unos pasos más y llego al lugar de siempre, era tiempo de arrepentirse pues era imposible vivir lejos de su Padre.

No arrepentirte de un pecado y no confesarlo a Dios puede ser el error más peligroso en la vida de un cristiano.

Un pecado no confesado te llevará a dejar de orar, te hará sentir tan culpable que pensaras que Dios no puede perdonarte.

Dios quiere recordarte en este día que el peor error que puedes cometer es alejarte de el por creer que no mereces ser perdonado, o por miedo a no recibir de su amor.

Mientras calles ese pecado, morirás poco a poco, Nuestro padre está esperándote, no tengas miedo, te aseguro que infieles como somos el está ahí, como todos los días, atento a nuestra oración, a la espera de nuestro regreso, aunque no lo merecemos.




martes, 12 de noviembre de 2013

Cuestión de Vida o Muerte

Entonces consultó David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano.

2 Samuel 5.19-20

David luego de algunos años había por fin recibido su título como rey de Israel, la promesa que Dios le había dado cuando era solo un jovencito se estaba haciendo realidad.

Mientras en Israel se festejaba al nuevo rey, la noticia se esparcía por todo el oriente llegando a oídos de sus enemigos, los filisteos, un grupo de reyes que siempre esperaban atentos el momento adecuado para conquistar a los israelitas.

Las tropas se juntaron y marcharon hacia Israel con sed de venganza y ansiosos por saquear sus riquezas.

David tenía que tomar una decisión crucial para su reinado, su primera decisión dirigiendo al pueblo como rey podría haber sido la última.


Las decisiones en la guerra son de vida o muerte, puedes salvar muchas vidas o ver como la sangre de los que amas se derrama.

Las decisiones que tomamos en nuestras vidas son igual de importantes,  algunas nos preocupan más que otras, pero en realidad cada decisión que tomamos va dirigiendo nuestros pasos o vencer la guerra o a perderla. Tu vida se pone en juego cada vez que tomas una decisión.

¿Qué alimentos comer? ¿Qué carrera seguir? ¿A quién darle tu amor? ¿A quién decirle que si? ¿a Quién esperar? ¿Qué estudiar? ¿Qué dejar ir? ¿Qué creer? ¿Dónde trabajar?

David tenía la vida de muchas personas en sus manos, muchos hombres caminarían a su lado y cargarían las consecuencias de sus buenas o malas decisiones.

David termino de escuchar la noticia y les pidió a todos que lo dejaran solo, no era tiempo de escuchar a los hombres, era tiempo de consultarle al único capaz de darle una respuesta adecuada, dio unos pasos y se puso de rodillas y dijo:

Jehová, ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová respondió a David: Ve…

Dios no siempre le dijo a David que avanzara, algunas veces le dijo que era mejor esperar, lo importante en este relato no es si Dios te dará o no la victoria de una batalla, es saber que quiere Dios que hagas.

No tomes decisiones sin consultarle, no avances  si él no te lo ha confirmado, no te ahogues en recomendaciones humanas, solo hay una voz importante, solo unos ojos que buscar, solo una persona a quien agradar DIOS.

Arrodíllate por un momento y deja que él decida.


¿Qué decisiones tomaras hoy?

martes, 5 de noviembre de 2013

Agua en el Desierto

y éste dijo:
—Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle,  pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.”                                                                  2 Re 3:16-17


2 Re 3:1-20 relata la historia de una gran batalla, tres reyes entre ellos incluido Josafat rey de Judá, se unieron para pelear contra los moabitas.

Tres ejércitos imponentes se adentraron al desierto rumbo a Moab, decididos y confiados en salir victoriosos.

Conforme avanzaban los días el agua fue escaseando hasta desaparecer, sin viento ni lluvia las armaduras eran cada vez más pesadas y el temor de morir en el desierto se apoderaba de sus corazones.

Una idea se escuchaba entre las filas y se apoderaba del corazón de los Reyes ¡Dios unió tres reyes para entregarlos a los Moabitas!
En medio del miedo y desesperación Josafat el rey de Judá decidió consultarle al Profeta Eliseo cual era el plan de Dios.

No tener agua en el desierto, aunque muchos de nosotros jamás experimentaremos esta situación si hemos experimentado otros tipos de escases, ¿has tenido la sensación de que aquello que esperabas no está llegando? Esa frustración de ver que el plan que tenías se derrumba por cosas que no puedes dominar.

La respuesta que no llega, el trabajo no encontrado, el dinero perdido, la meta no alcanzada.

Josofat llego a donde estaba Eliseo, luego de una corta conversación el profeta se dispuso a hablar con Dios, luego de unos minutos de espera Eliseo dejo de orar.
y éste dijo:
—Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle,  pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales.”

La biblia afirma que toda situación es de bendición para los que somos hijos de Dios, pero es necesario que recordemos dos cosas importantes.

1 Nunca dejes de orar, la conexión con nuestro padre es importantísima en toda situación, sobre todo cuando estamos en el desierto.

2 Ten la mente abierta, Dios es el creador de todo, está lleno de sorpresas y métodos ingeniosos, si no llueve manda el agua de alguna otra forma y hace que una zanja se llene, si no hay hornos para hacer pan, hace que el pan caiga del cielo, no siempre lo que esperas llegara por los medios que esperabas, pero te aseguro que Dios estará contigo en medio de tu necesidad.
Grandes batallas nos permiten contar grandes historias, lucha tus batallas con todas tus fuerzas, mantén la fe en el desierto, luego tendrás grandes historias del poder de Dios que contar.